Red de Mujeres Retos y
Rutas
María-Pia
Boëthius*
Traducción: Mayte Jiménez
y Frida Sánchez.
Un tema
obligado en cuanto a la trata de menores y la explotación sexual comercial
infantil (ESCI), es el tema de la prostitución, que si bien no es lo mismo en
absoluto, suele ser la antesala del tráfico de menores.
Dada la
situación de abuso, la violencia, la explotación el dominio que implica para
quienes la ejercen, surgen en torno a este asunto toda clase de posiciones,
respecto a la conveniencia o no de legalizarla, regularla, reglamentarla,
etc.
Un hecho
innegable es que la prostitución resulta ser de un interés para mucho meramente
de tipo económico, es decir, legalizada o no, constituye un negocio millonario
para quienes regentean a las mujeres que se prostituyen, ya sea que lo hagan por
voluntad propia o no.
Hasta ahora
no se ha encontrado un estudio serio que demuestre que las mujeres que ejercen
la prostitución lo hacen por libre elección. La mayoría entra al “negocio” por
necesidad económica, amenazas, tráfico, como secuela de abusos sufridos durante
la infancia, etc.
Por otra
parte, la legalización en todo caso no beneficia ni siquiera a las mujeres
explotadas, antes bien sólo dota de facultades y legitima a quienes las
explotan.
El sólo
hecho de poner a discusión si ha de considerarse una actividad productiva
derivaría en el desbordamiento de una serie de
implicaciones.
Implica por
una parte que al ser legal, ninguna esposa podría acusar a su esposo de bigamia,
se tendría entonces que forzar que al contraer matrimonio, ambos cónyuges
admitieran como condición la posibilidad de que el otro hiciera “uso del
servicio”, con las consecuencias sociales para la familia.
Implica que
la sociedad se adapte a las exigencias de las minorías que reclaman derechos
laborales, fiscales, etc. Seria entonces necesario dar por válido en los
programas gubernamentales apoyar “proyectos productivos” presentado por
entidades mercantiles, empresariales, etc. Cuyo objeto social sea la venta,
intercambio de servicios de tipo sexual, en cualquiera de sus modalidades.
Tendríamos también que proponer al movimiento de economía solidaria que
admitiera cooperativas de trabajadoras sexuales, cuyo sentido de compromiso
comunitario fuera... ¿Cuál?
Cabe decir
que lo anterior no es un supuesto, en México existen movimientos hacia la
formalización jurídica de algunas organizaciones o grupos de prostitutas en
cooperativas; apoyadas estas por instituciones
gubernamentales.
Muchos
grupos en cambio agrupan a la mujeres en torno a otro objetivo: buscar
alternativas de empleo. Y si bien comprenden que una persona no puede salir de
la prostitución de un día para otro, paulatinamente van disminuyendo el
ejercicio en la medida en que se logran otras oportunidades de empleo o se
generan propuestas productivas, aunadas a la atención psicológica, formación
humana, capacitación, guardería , etc. Siempre en el entendido de que se desea
dejar la prostitución.
¿Es válido el derecho
personalísimo a hacer de su cuerpo lo que les de la gana? Es discutible, sin
embargo tendría que quedarse en el ámbito de lo privado, ser tolerado no
promovido y por lo tanto restringido.
Sin embargo
es muy cierto que la mayoría de las mujeres que se prostituyen lo hacen al no
encontrar otras alternativas de empleo, por deficiencias en su educación, falta
de capacitación para el trabajo, abuso, etc.
Por qué
entonces es más fácil para muchos legisladores pensar en apoyar una propuesta
como la legalización de la prostitución, y les resulta tan complicado aprobar
las reforma estructurales que este país requiere? Creemos que es por la cantidad
de dinero que se mueve en torno a la industria del sexo en general, y porque
esto no sería más que la puerta de entrada a la aceptación de otras prácticas
igual de reprobables.
Los hay
también quienes lucran políticamente con estos grupos vulnerables a quienes en
lugar de ofrecerles mejores condiciones para emplearse en otro tipo de
actividades, les ofrecen defender sus “derechos” para ejerce con garantías su
“profesión”. Con frecuencia aunado a la lucha de las mujeres, suele montarse la
lucha de los grupos homosexuales que nada tienen que ver con el asunto, pero que
casi siempre se les verá de la mano, al tratarse de la defensa de supuestos
derechos sexuales. De cualquier forma ambos son grupos atractivos
políticamente.
Por otra
parte, vale la pena asomarnos a la experiencia de Suecia; un país que en estos
temas ha recorrido un largo camino, que países como México no tenemos. ¿Por qué
probar y recorrer largos caminos cometiendo los mismos errores si podemos
adoptar sólo aquellas experiencias que han resultado benéficas para la sociedad?
A continuación presentamos una experiencia interesante por la evolución que ha
tenido y los diferentes ángulos desde donde puede verse este
problema.
¿El fin de la
prostitución en Suecia?
Con la
legislación que prohíbe la compara de servicios sexuales ocasionales, Suecia
quiere abolir “la profesión más antigua del mundo”, con la consecuente
desconfianza y burla de muchos. ¿Cómo puede ser que el Parlamento sueco, de
repente, adopte una postura como esta? ¿Cómo vamos a conseguir evitar que la
prostitución se ejerza a escondidas? Y, sobre todo, ¿cómo vamos a conseguir que
alguien sea condenado con la ayuda de esta ley? Las respuestas a todas estas
preguntas no las tendremos hasta dentro de un par de años, cuando la ley haya
sido puesta en práctica. Aquí tenemos los antecedentes de por qué la legislación
sueca, en esta materia, se diferencia tanto de la de otros
países.
Pocas
propuesta de ley han despertado tanto interés internacional como la nueva ley
sueca contra la prostitución, que entró en 1999. Para hallar una agitación
comparable nos tenemos que remontar a los años 70 cuando Suecia estableció, por
ley, la prohibición de pegar a los niños
Ya el
primero de enero de 1999, el mimo día en que la ley enraba en vigor, se
encontraba en Suecia una gran número de periodistas extranjeros con el fin de
observar la reacción a la ley.
Al leerlo, el artículo de la ley en sí parece modesto y
burocrático:
“El que en
base a una remuneración se procure una relación sexual ocasional, será condenado
– si el acto no estuviera penado con castigo por el código penal- a multa o
prisión de seis meses como máximo, por la compra de servicios
sexuales.”
Sin embargo,
la ley causa un revuelo internacional y es la primera del mundo en su género.
Penaliza a al que compra sexo –a menudo un hombre- mientras la persona
prostituida –a menudo una mujer- no es culpable de acto criminal. Queda en
libertad; según la nueva ley
el criminal es quien compra sexo.
La ley no se
ha hecho en un abrir y cerrar de ojos. Todo lo contrario. Se puede decir que es
el resultado de un alargo e intenso proceso que ha durado más de veinte años. Es
la consecuencia de una gran número de investigaciones, de varias, de varias
Comisiones parlamentarias, de que ahora en el Parlamento sueco más del 40% sean
mujeres y de las constantes presiones por parte del movimiento feminista sueco.
Es también
el resultado del esfuerzo por ser una sociedad igualitaria, con
los mismos derechos y deberes para los hombre que para las mujeres. Donde mejor
se expresan los motivos por los que se criminaliza a quien compra sexo y no a la
persona prostituida, es en la Resolución de 1997/98. La Comisión de
Investigación de la Prostitución había propuesto anteriormente que tanto el
comprador como la persona prostituida fueran criminalizados. Sobre esto escribe
el Gobierno:
“La
propuesta de la Comisión de Investigación de la Prostitución, de criminalizar
tanto al comprados como al vendedor, se ha encontrado con una considerable
crítica en todas las instancias preliminares. Incluso el Gobierno estima que,
aunque la prostitución como tal no sea un fenómeno social deseable, no es
razonable criminalizar también a quien casi siempre es la parte débil, la parte
explotada por quien quiere satisfacer su propio instinto sexual. También es
importante para motivar a las prostitutas a que busquen ayuda para alejarse de
la prostitución; que no sientan que el hecho de que hayan ejercido como
prostitutas vayan a tener consecuencias negativas.”
Prácticamente en todos
los países y en todos los idiomas la palabra “puta” es el más peyorativo de los
insultos; una palabra que define lo más despreciable y ofensivo que se puede
decir de una mujer, una descripción del paria más absoluto de la sociedad. A la vez
germina la doble moral. Grupos de hombres exigen la prostitución libre, libre
“acceso” a esas mujeres de cuyos servicios diariamente se burlan. El argumento
acostumbra ser que la prostitución siempre se ha existido y por lo tanto siempre
existirá.
Contra esto,
el movimiento feminista sueco ha objetado que la prostitución ciertamente ha
existido siempre, pero que no es ningún motivo para que siga existiendo en el
futuro. En mucho países se están produciendo cambios políticos considerables.
Las mujeres están entrando en política a pasos agigantados. Durante los años en
que la prostitución “siempre ha existido”, las mujeres no han formado parte del
poder político. Ahora el equilibrio del poder entre mujeres y hombres está
cambiando. Los estudios politológicos suecos demuestran que con mas mujeres en
el Parlamento y en el Gobierno cambia la política de forma determinante. Se
podría describir lo que ahora está sucediendo, con la nueva ley de la
prostitución como ejemplo, de la manera siguiente: cuando por fin las mujeres
tienen un poder político real intentan crear los tabús que siempre deberían de
haber existido: ningún hombre podrá “comprar” a ninguna mujer. Otro ejemplo es
una nueva ley sueca de 1998 contra la posesión de imágenes de pornografía
infantil, pues las película y las fotografías de pornografía infantil presuponen
que ya se ha cometido un abuso grave.
La leyes
pasan de haber sido comunes u “objetivas” a echarle la culpa a quien la tiene:
al hombre que compra servicios sexuales, al hombre que posee pornografía
infantil. Cuando los hombre solos o en importante mayoría poseen el poder
político, parece que tengan mayor consideración hacia sus congéneres que hacia
las mujeres y niños desprotegidos.
Cuando las
mujeres se lanzan a la política pasa algo altamente interesante; o que se ha
considerado “obvio”, por ejemplo la prostitución, de repente se cuestiona. Pero
lo grato es todo este proceso es que las mujeres en su lucha contra la violencia
y la agresión sexual a mujeres y niños, tienen hoy a su favor a la mayoría
parlamentaria de mujeres y hombres.
Cuando el
Parlamento en mayo de 1998 votó a favor de la ley sobre la criminalización del
que compra sexo, los votos fueron 181 a favor y 92 en contra. Y fueron
tantos hombres como mujeres lo que votaron a favor de la nueva
ley.
El camino
hasta la nueva legislación ha sido largo y dramático. En 1971 se formó en Suecia
una Comisión de investigación del Crimen Sexual. Estaba compuesta por siete
hombres y una mujer, con el presidente de un Tribunal de Segunda Instancia
responsable de la
Comisión. Desde hacía tiempo se consideraba que Suecia era el
país “del amor libre”, en el mundo se hablaba del “pecado sueco” y la liberación
sexual estaba en el programa de muchos radicales. La tarea de esta Comisión era
revisar la legislación que se refería a la moral ya que se consideraba
desfasada.
La idea de
la Comisión era que el Estado se inmiscuiría lo menos posible en la sexualidad
de las personas, lo que ya estaba bien. Se trataba de una nueva tolerancia. Pero
cuando se vio que esta tolerancia también incluía la violación y la Comisión
proponía que le violador fuera condenado a multa si el crimen se consideraba “de
menor importancia”, fue cuando despertaron las mujeres suecas. Se puede decir
que la Comisión de Investigación del Crimen Sexual fue un despertador. La
liberación sexual de la que se hablaba tanto, resultaba ser una liberación bajo
las premisas del hombre.
Empezar a
tolerar la violación era todo lo contrario, un golpe mortal contra las mujeres y
contra la integridad sexual de las mujeres. Sobre la prostitución, que estaba
permitida en Suecia, la Comisión no tenía nada que alegar. ¿Realmente era justo
que siete hombres y sólo una mujer fueran a revisar la legislación sobre la
sexualidad en Suecia?
Se inició en
el país un debate intenso y a nivel nacional; un debate que vino a cambiar el
modo de ver la sexualidad, la violación y la prostitución, el incesto y el
maltrato a las mujeres por –esperemos- siempre jamás. “La violencia contra las
mujeres” se convirtió en un concepto, al salir a la luz condiciones de vida y
mecanismos de opresión anteriormente ocultos. Las mujeres definieron su objetivo
de liberación donde quedaban incluidos la igualdad en cuestión de salarios y una
mayor participación en el poder político, pero también la lucha política contra
la violencia hacia las mujeres.
Se exigió
que las instituciones políticas y democráticas actuaran e intervinieran. La
prostitución se vio como una parte de la opresión sexual hacia las mujeres. No
se trataba tanto de la satisfacción sexual como de que los hombres compraban
poder y superioridad sobre una mujer desprotegida.
El objetivo
número uno fuñe entonces suspender la Comisión de Investigación del Crimen
Sexual y crear una nueva Comisión donde la mayoría de los miembros fueran
mujeres o por lo menos tantas como hombres. Se consiguió entre otros hechos, a
través de las manifestaciones.
En 1977 el
Ministro de Justicia del gobierno conservador suspendió la Comisión y se formó
un nuevo Comité para el Crimen Sexual con una mayoritaria participación de
mujeres. Y una Comisión Especial de la Prostitución dirigida también por
mujeres.
En 1981 la
Comisión de la Prostitución presentó su informe. Era la más profunda y extensa
investigación sobre la prostitución que nunca se había hecho en el país, un
volumen de casi 700 páginas, una investigación brillante con grandes cualidades
–también literarias- donde todos sus apartados siguen estando vigentes hoy en
día, casi veinte años después. Es un enorme y despiadado ajuste de cuentas con
todos los mitos y todas las hipocresías en torno a la prostitución. Una
importante cantidad de mujeres prostitutas había hablado. La historia de la
prostitución estaba incluida –tanto del mundo como de Suecia- y se descubrió el
papel y lugar de la prostitución en una sociedad patriarcal. Tras esta
excepcional investigación estatal, única en el mundo por su naturales, se hizo
imposible en el futuro cualquier romantización de la prostitución. La
prostitución. La prostitución trata de violencia y opresión, de indefensión sin
fin de las mujeres, de drogas y criminalidad, de poder y sumisión, de hacer de
la mujer un objeto y de hombres que compran el acceso a las más desprotegidas
para, vez tras vez, confirmar una falsa masculinidad.
De la
Comisión de la prostitución de 19981: “La calle es el mercado abierto donde el
comercio es
visible. El hombre y la mujer se encuentran, hay una discusión sobre lo que le
hombre quiere y a qué precio y la compra se confirma. Es en la prostitución de
la calle donde la palabra torsk (bacalao) aparece con más frecuencia. Torsk es
la denominación con que, en Suecia, las mujeres definen al hombre en
la prostitución.
Muestra, en un abrir y cerrar de ojos, otra perspectiva desde
la que lo podemos ver. La palabra no sólo expresa el concepto general que la
mujer tiene del hombre, sino también muestra la doble perspectiva que hay en
cuanto a quien explota y quien es explotado. El bacalao es un
pescado, un animal que cae en sus redes, preso. El hombre es pescado, es decir,
también el es
engañado, según lo ve la
mujer. Porque ella no da nada de sí misma. Pero si él quiere
ser engañado, es culpa suya. No es ningún momento de amor el que tiene con la
mujer, es un “acto de des-sexualización”. Definir al hombre como torsk es un
hombre con quien la mujer no tiene, no puede mostrar sus
sentimientos.”
La Comisión
de Investigación de la Prostitución no origino cambio alguno en la legislación. La
prostitución continuó siendo legal pero originó una nueva toma de conciencia.
Originó un fuerte rearme social de las posibilidades, de la policía y de las
autoridades sociales, para ayudar activamente a las mujeres a salir de la
prostitución.
El Primer
Secretario de la Comisión para la Prostitución era Hanna Olson, en aquel tiempo
Subdirectora de Sección de la Dirección Nacional de
Sanidad y Bienestar Social. Durante cuatro años había vivido muy de cerca y
entrevistado a una serie de mujeres prostitutas y ella misma también había
escrito grana parte del informe de la Comisión de la
Prostitución.
En 1990 sacó
un libro que causó una profunda impresión en toda la nación, Catrine y
la Justica.
Trataba de Catrine da Costa, prostituta drogadicta que en 1984
fue asesinada y descuartizada, cuyo cuerpo fue metido en bolsas de plástico
negras que fueron hundidas debajo de un puente de Essingelden, en Estocolmo. El
libro era un libro blanco sobre Catrine y sobre el juicio contra los médicos
sospechosos de haber cometido el crimen. Fue como una continuación del informe
de la Comisión de la Prostitución; se profundizaba aún más en la oscuridad
humana donde habitaba la prostitución.
En el libro
escribe Hanna Olson: “A través de la historia es la mujer la que profana, deshonra,
mancha, ensucia, y mancilla su sexo. El sexo del hombre ha permanecido
inmaculado cuando ha comprado acceso al cuerpo de ella. El desprecio social y
distanciamiento, el control y los medios de poder de la sociedad siempre se han
dirigido contra la mujer, nunca contra el hombre.
Era con este punto de vista histórico
sobre la prostitución, con el que la Comisión parlamentaria de la Prostitución
(1977-1980) intentaba ajustar cuentas”.
Se podría
decir que la nueva ley para la prostitución, que criminaliza al hombre y no a la
mujer, intentaba ajustar cuentas precisamente con este control de la sociedad y
los medios de poder se dirigen ahora contra el que compra sexo, aquel que antes
siempre había quedado libre.
En las elecciones de 1994 fueron elegidas
más mujeres al parlamento sueco que en ningún parlamento del mundo. El 41 por
ciento del parlamento estaba formado ahora por mujeres. En 1998 la cantidad fue
de 43 por ciento. Una de las situaciones que las mujeres del Parlamento y del
Gobierno estaban decididas a corregir erala violencia contra las mujeres en
cualquiera de sus formas, tanto sexual como física. De fe de ello una larga
lista de mociones procedentes principalmente de las mujeres de todos los
partidos políticos.
De ellos
resultó la Resolución del Gobierno llamada Kvinnofrid (La paz de las mujeres)
1997/98:55. Una serie de proyectos de ley en una Resolución “ que trata de las
medidas a tomar para contrarrestar la violencia contra las mujeres, la
prostitución está incluida en el informe Kvinnofrid. Las medidas a tomar están
basadas en aún otra Comisión de Investigación de la Prostitución (la tercera),
que hizo su informe en 1995 con el título Comercio Sexual (SOU
1995:15).
El informe
constata que la prostitución es de poca magnitud en Suecia en comparación con
otros países europeos. La Comisión cree que esto se debe a que en Suecia tenemos
ora visión de la prostitución; a que el país tiene construido un buen sistema de
seguridad que hace que menos mujeres se vena obligadas a buscar sus ingresos en
la calle, a que la sociedad sueca conscientemente aspira a una mayor igualdad
entre mujeres y hombres; y a que el trabajo social contra la prostitución
funciona aceptablemente.
En 1997
había en Suecia aproximadamente unas 2.500 mujeres que vendías servicios
sexuales. Se calcula que son 650 las mujeres que ejercen la postitución en la
calle y que cada mujer tiene 50 clientes. Esto significa que al año unos 125000
hombres compran servicios sexuales. Es decir, estas eran las cifras válidas
hasta que se puso en vigor la nueva ley. Todavía es
demasiado pronto para saber cual es la situación actual.
Entre un 10
y un 13 por ciento de los hombre de Suecia han comprado servicios de mujeres
prostitutas. El comprador de sexo no difiere de la media de los hombres en
cuanto a profesión, economía o estado civil. Pero según la investigación se
puede decir que sí difiere en cuanto a su postura respecto a la sexualidad y a
las mujeres.
La Comisión
afirmaba: “Constantemente surgen nuevas formas (de prostitución). Una forma de
esconder la actividad es organizando clubes particulares donde se ofrece a los
socios diversos servicios sexuales, desde pornografía y direcciones de
prostitutas en el extranjero hasta coito, es decir algo parecido a un
supermercado para la compra de servicios sexuales. Se abren nuevas vías de
contacto a través de redes digitales o de videos. La industria del sexo se
expande y ha adoptado el nuevo desarrollo técnico. Ha aumentado de forma
alarmante la cantidad de anuncios en la prensa diaria de institutos de masaje y
actividades parecidas que proporcionan servicios sexuales. Tras la caída del
muro de Berlín y el derrumbamiento de la Europa comunista del Este, aumentaron
también en Suecia las prostitutas extranjeras procedentes de aquellos países. La
proporción de mujeres con problemas psíquicos también aumentó dentro de
la
prostitución. Aproximadamente la mitad de las mujeres abusaban
de la bebida o de las drogas.
Es decir, la
nueva ley surgió cuando la prostitución en Suecia de nuevo volvía a aumentar
tras la saturación de la década de los 80.
En 1972
algunos parlamentarios suecos presentaron una moción para que Suecia instaurara
burdeles estatales. Los hombres tendrían acceso ilimitado a servicios sexuales
de mujeres, con control estatal y bajo formas seguras. Casi al mismo tiempo la
Comisión para el Crimen Sexual quería aumentar el nivel de tolerancia respecto a
las violaciones. Entonces fue cuando se rebelaron las mujeres en Suecia, Las
mujeres de la política y de los movimientos feministas. Fueron necesarios
veintisiete años para que se cambiara la ley radicalmente y se prohibiera la
compra de servicios sexuales; pero era una prohibición que no perjudicaría a la
mujer desprotegida. Durante veintisiete años y bajo una lucha constante se
cambió en Suecia la visión de la liberación sexual; de ser una liberación bajo
las premisas del hombre pasó a abarcar los dos sexos. La idea de que ciertas
mujeres podían ser compradas se hizo inaceptable. Pasará tiempo antes de que se
admita, pero lo más importante es el valor simbólico y el establecimiento de un
tabú que siempre debería haber existido: nadie podrá comprar la sexualidad de
otra persona, ni de las mujeres, ni de los hombres, ni de los niños. No es
propio de una democracia.
Lars
Naumburg, uno de los hombres que forman parte de una red contra la violencia
hacia las mujeres, lo ha expresado así: “Tenemos que darles a los jóvenes una
nueva viisón del mundo, un mundo donde hay un 50 por ciento de mujeres en la
morada del poder y ni una sola se vende por la calle”.
Cuando la
ley entró en vigor, algunos medios de comunicación se dedicaron a hacer
melodramas; la pena que daban las prostitutas que se iban a quedar sin clientes.
Claro que las prostitutas perderán sus ingresos, pero la idea es que las
autoridades sociales las ayuden a ganarse el pan lejos de la humillación y del
riesgo. Se podría comparar con EE. UU. Cuando en la década de los 60 se
introdujo la prohibición de la segregación entre negros y blancos. Gran cantidad
de empresas propiedad de negros fue a la quiebra pues su idea comercial había
sido servir a otros negros ya que las empresas “blancas” se negaban a hacerlo.
Sin embargo no hay quien lamente aquella ley que obligaba a la integración,
aunque aún no funcione completamente.
(*) María – Pia Boëthius,
periodista y escritora, es desde hace más de veinte años, una destacada
intercesora en Suecia a favor de la igualdad entre mujeres y
hombres.
Publicado en Yo Influyo,
29/07/2006