ABORTO
Citas de la Madre Teresa de
Calcuta
El aborto mata la paz del
mundo...Es el peor enemigo de la paz, porque si una madre es capaz de destruir a
su propio hijo, ¿qué me impide matarte? ¿Qué te impide matarme? Ya no queda
ningún impedimento.
A todos los jóvenes les digo: Ustedes son el futuro
de la vida familiar; son el futuro de la alegría de amar. Mantengan la pureza,
mantengan ese corazón, ese amor, virgen y puro, para que el día en que se casen
puedan entregarse el uno al otro, algo realmente bello: la alegría de un amor
puro.
Pero, si llegaran a cometer un error, les pido que no
destruyan al niño, ayúdense mutuamente a querer y a aceptar a ese niño que aún
no ha nacido. No lo maten, porque un error no se borra con un crimen. La vida
del fruto de ese amor pertenece a Dios, y ustedes tienen que protegerla, amarla
y cuidarla. Porque ese niño ha sido creado a imagen y semejanza de Dios y es un
regalo de Dios.
La vida de cada ser humano, como que ha sido creación
de Dios, es sagrada y de infinito valor, porque El nos ha creado a todos
nosotros, incluso al niño recién concebido. La imagen de Dios está en ese niño
que aún no ha nacido. Por eso, pienso que aquellas naciones que destruyen la
vida legalizando el aborto son las más pobres, porque temen alimentar a un niño
más y, por eso, agregan un cruel asesinato más a este
mundo.
En Calcuta tratamos de combatir el aborto mediante la
adopción. Me gustaría abrir muchos de estos centros para niños en los países que
han aceptado el aborto. En los que tenemos por toda la India nunca tuvimos que
rechazar a ningún niño, y todos están felices en sus nuevos
hogares.
Es maravilloso pensar que Dios ha creado a cada niño.
Leemos en las Escrituras que Dios nos dice: "Aún si una madre llegara a olvidar
a su hijo, yo no te olvidaré. Te llevo grabado en la palma de mi mano. Eres
valioso para mí. Y te he llamado por tu nombre."
Estoy convencida de que los gritos de los niños cuyas
vidas han sido truncadas antes de su nacimiento, hieren los oídos de
Dios.
Muchos se manifiestan preocupadísimos por los niños
de la India o por los de África, donde tantos mueren, sea por desnutrición,
hambre o lo que fuera. Pero hay millones deliberadamente eliminados por el
aborto.
Por eso elevo mi voz en la India y en todas partes;
hagamos que todo niño, nacido o no, sea un niño deseado. El aborto va en contra
del mandamiento del amor.
Creo que si los países ricos permiten el aborto, son
los más pobres y necesitan que recemos por ellos porque han legalizado el
homicidio.
Jesús entregó su vida por amor a nosotros. Así, una
madre que está pensando en abortar debería ser ayudada a amar; es decir, a poner
en segundo lugar sus proyectos y su tiempo libre, y a respetar la vida de su
hijo. También el padre del niño, quien quiera que sea, debe mostrarse
disponible.
Todo país que acepta el aborto es porque su gente no
ha aprendido a amar, sino que recurre a la violencia para obtener lo que
quiere.
Jesús dijo: "El que recibe a un niño como éste en mi
nombre, a mí me recibe." Al adoptar un niño, esas parejas reciben a Jesús; por
el contrario, al abortar, rechazan a Jesús.
Por favor no matéis a los niños, yo los quiero. Con
mucho gusto acepto todos los niños que morirían a causa del
aborto.
El aborto empobrece a la gente desde el punto de
vista espiritual; es la peor pobreza y la más difícil de
superar.
Cuando le dicen a la Madre Teresa que hay demasiadas
criaturas en la India, ella responde: ¿Piensa usted que hay demasiadas flores en
el campo? ¿Demasiadas estrellas en el cielo? Mire a esta niña, es portadora de
la vida; ¿no es una maravilla? ¿Cómo no quererla?